Por Karla Monge @karlamonge

Siempre he dicho que las películas de Andrés Wood funcionan, no se si por fanática, porque TODAS sus películas son buenas; porque este director es un ingeniero que se preocupa que marchen todos los engranajes que conforman un proyecto; o porque simple y justamente, se lo merece.

Una de mis favoritas siempre ha sido y será La Fiebre del Loco. No olvidemos que Wood ha hecho varias propuestas en sus películas, como por ejemplo “Machuca”, “La Buena Vida” y “Violeta se fue a los Cielos”, la que podría ser su apuesta más arriesgada en cuento a la estructura narrativa elegida, y sobre todo por un final que no podría sorprender a nadie, conociendo los detalles de la historia que todos conocemos. Todo esto dicho a modo de resumen y como otro piropo a Wood, que no se ha quedado estancado y ha tenido una tremenda evolución cinematográfica.

Saltándome las flores merecidas y un resumen de resumen de su biofilmografía, La Fiebre del Loco es a mi parecer la excelencia de una película universal viniendo de un tema local, y que contiene una actualidad temática poco vista en el cine, que la hace una película para cualquier época.

Para los que no saben el loco en Chile es un molusco conocido también como tolina, pata de burro, chanque o concholepas, la cosa es que además de parecerse a una ostra, es uno de los mariscos más ricos y solicitados en el país y también para la exportación, por lo que cada cierto tiempo las autoridades prohíben su extracción, con pena de cárcel mayor a matar a alguien a toda velocidad borracho o ser un político comprobadamente corrupto.

Habiendo explicado lo no tan obvio, les cuento un poco de qué se trata esta historia. La Fiebre del Loco es un drama que ocurre como la Fiebre del Oro, cuando las autoridades locales liberan la prohibición de extraer este tan rico tesoro del mar, por lo que todo el pueblo, desde pescadores y comerciantes de alto nivel hasta cualquier persona que llegue o viva en él, se reúnen en torno a este molusco afrodisiaco, movilizándolos a niveles únicos e inesperados, como la llegada de un bus de prostitutas a cargo de Leila, con la magistral actuación de María Izquierdo.

El Canuto, (Emilio Bardi), es un ex pescador que vuelve a Puerto Gala, una Isla situada al sur de Chile, con la intención de comprar la producción del loco a través de una compañía asiática. Acá se va a encontrar con su ex amor, Sonia (Loreto Moya), que dejó de ver hace años cuando se fue del pueblo, la que es dueña de un restaurante y por supuesto también está contagiada por “la fiebre” del momento.

De esta manera vamos viendo cómo los personajes se mueven por el interés y la codicia absoluta. Es aquí donde el padre Luis, un sacerdote católico que ve toda esta situación, intenta intervenir de cierta manera en cómo se están llevando las cosas en Puerto Gala, aunque sea de manera sutil con sus mensajes radiales para que parientes, amigos y vecinos, puedan pensar un poco más las cosas antes de entrar en un conflicto mayor al que se está generando como bola de nieve.

Por eso no es de extrañar los premios recibidos el año 2001: Mejor Guión en el Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana- Cuba; mejor Actriz, Festival de Biarritz- Francia; mejor Director, Festival de Cine Latinoamericano de Lleida- España; y mejor Película, Festival de Cine de Villaverde- España. Además de haber sido seleccionada en el Festival de Venecia, Festival de Toronto y Festival de Sundance en 2001, y haber recibido premios en el Festival de Vancouver y el Festival de Portugal.

Con magníficas actuaciones de un completo elenco que incluye al argentino Emilio Bardi, por supuesto destacan grandes actores chilenos como María Izquierdo, Luis Dubó, Emilio Bardi, Tamara Acosta, Patricia López, Aldo Parodi, Carmen Barros, Mariana Loyola, y podríamos seguir nombrando a otros más que hacen de esta cinta, una magistral obra del séptimo arte y una joya para el cine chileno.

Realizada el 2001 y basada en el Chile de los años 80, hoy más que nunca es el reflejo de nuestra sociedad. La migración entre ciudades v/s pueblos, e incluso a otros países en busca de mejores posibilidades de supervivencia o de estafa; la codicia y el bien personal v/s el bien común, idealizado hasta niveles etéreos; y el individuo v/s la sociedad que no se comporta compañera, no acuna, hace nacer ese temor universal que nos hace actuar y “salvarnos solos” frente a una sociedad que no le importa el resto. Una historia que encierra tantos elementos, que hacen de ella una ironía casi calcada al comportamiento cada vez menos humano no solo de los chilenos, si no del mundo en general, por lo que además de ser una historia universal, que puede pasar en cualquier parte del mundo y a cualquier nivel, la transforma en una película actual, independiente de la década de inspiración y del año de filmación.

Si tiene tiempo, póngale ojo de nuevo a este drama con tintes de humor que acercan al espectador.

País: Chile
Año: 2001
Director: Andrés Wood
Elenco: Emilio Bardi, Luis Dubó, Loreto Moya, Luis Margani, Tamara Acosta, María Izquierdo, Julio Marcone, Mariana Loyola, Patricia López, Aldo Parodi, Carmen Barros, Pilar Zderich y Carmina Riego.
Duración: 94 minutos.
Género: Drama.