Por Rolando Gallego @rolandogallego
El desborde como identidad y folklore. Hacia 1962 una obra del dramaturgo Jacobo Langsner subía al escenario de la Comedia Nacional de Uruguay con particular suceso. Más de veinte años pasaron para que ese primer acercamiento a “Esperando la carroza” se transformara en una de las películas más emblemáticas de la cinematografía Argentina y regional.
Alejandro Doria fue quien junto a Langsner transpusieron los hechos narrados en la obra con una calidad cinematográfica. El relato se centra en la desaparición de la abuela de la familia, la que, dividida en dos clases sociales, intentará, como puedan, organizar el velatorio y entierro de la misma.
El equívoco inicial, la abuela no está muerta, disparará conflictos escondidos debajo de la alfombra por los miembros de la familia, los que, básicamente, están relacionados a diferencias económicas y el quién se ha hecho más cargo de la octogenaria señora.
Película coral, con un destacado trabajo de cada uno de los intérpretes, su verosímil nunca pasa de época. Los acordes iniciales de “Barrilito de Cerveza” de Feliciano Brunelli (que también suma “Mi vaca lechera” al final) son ya una institución en la cinematografía argentina, y un índice del film que cada vez que se emite en televisión suma rating y más adeptos.
*Película completa en el sitio.
País: Argentina
Año: 1985
Director: Alejandro Doria.
Elenco: Antonio Gasalla, China Zorrilla, Luis Brandoni, Julio De Grazia, Betiana Blum, Juan Manuel Tenuta, Mónica Villa, Cecilia Rossetto, Enrique Pinti, Andrea Tenuta, Darío Grandinetti, Lidia Catalano, Juan Acosta, Miguel Ángel Porro, Clotilde Borella.
Duración: 87 minutos.
Género: Comedia.