En 1999, en el contexto de la Muestra de Dramaturgia Nacional, el chileno Alejandro Moreno estrenó en la sala Víctor Jara su propia versión de ‘Medea’, la clásica tragedia de Eurípides. Veinte años más tarde, el autor hoy avecindado en Nueva York se atreve con una versión cinematográfica que cuenta con un elenco predilecto: Millaray Lobos -quien también interpretó a Medea sobre las tablas-, Paulina García, Alfredo Castro, Michael Silva (El Cristo ciego) y Paola Lattus (El club).
‘Medea’, una película ambientada en el desierto de Atacama y que ya se proyectó en el Festival de Cine de Guadalajara, se estrenará en cines de Santiago y regiones el próximo 9 de mayo. Distribuye JIRAFA.
En los últimos años, se ha visto la incorporación de dramaturgos con trayectoria en el teatro chileno, participando en proyectos cinematográficos. El estreno de Medea del dramaturgo chileno es una obra cinematográfica experimental, en donde Moreno se ha permitido innovar con total libertad tanto en diálogos, como en puesta en escena, fotografía y sonido, lo que resulta particularmente notable al establecer la narración de la historia de Medea en los cerros y el mar de Copiapó, región de la que él proviene.
El estreno de Medea incluye funciones en el Día Nacional del Teatro (11 mayo), día consagrado por la ley 20.153 del 26 dic 2006 para conmemorar las artes escénicas chilenas en homenaje al natalicio de otro director y dramaturgo Andrés Pérez Araya. En su última obra, La Huida, Pérez incorpora técnicas del cine dentro de la puesta en escena, materia que aborda explícitamente en el documental Tacos de Cemento, estrenada por Jirafa en el invierno de 2018.
Así, el Teatro y el cine chileno se encuentran en un fenómeno de diálogo interdisciplinario inédito, en donde los dramaturgos trabajan la técnica cinematográfica con resultados innovadores y de calidad.
“Es una película con un discurso feminista desde sus inicios”
Medea es una mujer extranjera a quien su esposo Jasón arrastró hacia el desierto de Atacama. Así, vaga por la precaria realidad de la industria minera. En este lugar geográficamente extremo, Jasón la abandonará y ella será expulsada de la región. Pero planeará su venganza invocando su fuerza más íntima.
“Medea se quedó ahí dando vueltas, sobre todo me venían constantemente los textos de ellas, las cosas que ella decía, que yo no me sentía tan autor, sino que era como un habla independiente de una mujer que había sido humillada y quería vengarse”, cuenta el director. “Esta voz, se volvía más presente en el desierto. Medea contra el espacio vacío de un desierto de Atacama que florece todos los años y pensé, que si no floreciera la culpa sería de Medea. Y ahí empecé a pensar la película”.
Fragmentada, atmosférica, repleta de monólogos interiores, ‘Medea’ actualiza la imagen de la trágica sacerdotisa a la luz del feminismo del siglo XXI.
“En el mito original Medea es una mujer muy poderosa, hechicera, que se arranca completamente enamorada de Jasón, con su nuevo esposo hacia la tierra de donde él viene”, analiza Moreno. “Es una película con un discurso feminista desde sus inicios. En una parte Medea se da cuenta del abuso de los hombres, le habla esto a las mujeres mineras, que como ella dice ‘mujeres mineras que saben que todo lo que se sabe de este mundo mirando las estrellas, se comprueba excavando el centro de la tierra’. Medea se relaciona con estas mujeres mineras, como si ellas fueran un coro que vive en las penumbras de las minas”.
El largometraje, que no tiene un espacio temporal definido, tuvo un rodaje de 11 días en el norte de Chile. Las locaciones escogidas fueron el Muelle de Caldera, el Cerro Imán, la Casa de Sal y la mina de cuarzo Andacollita.
A Moreno le interesaba explotar el “concepto de lo mineral”, dar una importancia fundamental al contexto árido en el que se desenvuelve la tragedia. Y la define como “una película totalmente atacameña”.
“Mi intención era la superposición de paisajes, es decir, paisajes espaciales con los otros pasajes más bien síquicos que abren los textos, como una palabra hablada que suena y abre un paisaje sónico por donde los personajes se desplazan. Esto fue muy bien trabajado por la música de Diego Noguera y el espectacular trabajo de Roberto Espinoza de Sonamos. Poner voces en el espacio desierto, y mostrar el desierto no en la típica postal sino un lugar vacío pero lleno de sonidos, imágenes, signos de vida. Entonces, estos personajes eran perfectos, cuerpos que se desplazan siguiendo a sus pasiones en un lugar inmenso, en donde las voces producen un eco. Es la pasión humana con la inminencia de la naturaleza”, destaca Moreno.
“Es una película que fue realizada colectivamente con artistas locales y eso la vuelve única, es una película que unió a los artistas de Atacama y apoyó la creación audiovisual en la región”, añade el dramaturgo y cineasta. “Yo soy de allá y filmé allá, y seguiré haciéndolo. Es decir, no éramos extranjeros alucinados con los paisajes, porque los paisajes nosotros ya los conocimos, entonces son otras lecturas las que se producen en el espacio”.
Moreno agrega: “No es una película comercial, jamás la pensé así, porque yo no pienso así. Entonces yo sé el destino que corre es incierto y son esos los únicos caminos que me interesan también, sé que estará acorde a eso. Medea es una película de cine arte, y aunque suene un poco petulante, creo que sí lo es, creo que todas las personas que han trabajado en la película han trabajado desde la intuición, desde lo que va surgiendo, y eso se nota”.
‘Medea’ contó con un fondo de cultura del Gobierno Regional de Atacama además de aportes de empresas locales y de un club de adultos mayores de la zona.
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