Chile

El Pacto de Adriana

octubre 11, 2017

Por Ma Ignacia Barja @mibarja

Pacto. Acuerdo entre dos o más personas que obliga a ambas partes a cumplir una serie de condiciones. Pero cuando te das cuenta que el pacto es sólo unitaleral y que con el tiempo tu contraparte no era lo que realmente creías que era, cumplirlo o no ya no es parte del acuerdo.

Un tema recurrente entre los documentalista es retratar sus historias familiares, unas más alegres y otras más dolorosas, pero algunas de ellas con un pasado oscuro que incluso mientras vamos indagando de donde venimos vamos descubriendo cosas que a muchos no nos hubiese gustado saber. “El pacto de Adriana” no se queda atrás en este tipo de realización y es así como su directora, Lissette Orozco, da inicio a su opera prima con una voz en off que es el hilo conductor de esta historia, “En toda familia hay al menos un secreto, y la mía no es la excepción”.

Su directora se adentra en lo más íntimo de su familia y es así como Lissette Orozco, protagonista y directora de esta película decide grabar a su tía Chany, su ídola, aquella mujer independiente, libre, que vivía fuera de Chile y toda la familia corría al aeropuerto cada vez que llegaba al país, una mujer fuerte en una familia matriarcal donde las mujeres marcaban la pauta y eran el referente más fuerte de esta realizadora, pero vasto sólo un hecho para que la Chany se convirtiera en Adriana Rivas, luego que el 2007 mientras llegaba al país fuera detenida por sus vínculos con la DINA durante el gobierno de Augusto Pinochet.

Fue así como empieza el valiente viaje de su sobrina y directora de descubir quien era realmente su tía y la conduce como dice ella: “A tomar mi cámara” y comienza la más dolorosa tortura, ir descubriendo la verdad y hasta qué punto te hace dudar de los tuyos y con todos los antecedentes que va descubriendo vas creando tu propia historia familiar.

Adriana Rivas, secretaria bilingüe que con sólo 19 años y en plena dictadura en Chile llegó a ser integrante de la Brigada Lautaro y secretaria personal del ex jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia, DINA (la policía secreta de Augusto Pinochet), el general Manuel Contreras, además se le acusa de ser partícipe en la desaparición del dirigente comunista Víctor Díaz, entre otros. Su tía le encarga contar su verdad, pero su directora se enfrenta a la verdad de un país, una historia, a la duda, la pena, la desilusión y la manipulación, siento que la objetividad con que logro Lissette Orozco retratar tan íntima historia es admirable, por no decir única, porque por un lado están las emociones y sentimientos encontrados al ir descubriendo cosas y otra es ver las cosas con la claridad y madurez que se necesita y sobre todo desde el perdón y alejamiento.

Para mi este documental es el ejemplo vivo del perdón de toda una familia ante lo que haya cometido o no, quien era parte de ellos y fue una admirada mujer en su núcleo familiar, pero quien a su vez mientras confiesa su pasado deja en claro como el poder, y la superficialidad encantaba a jóvenes de esa época en donde cenar con un presidente era lo más alto si llegaban a alcanzarlo en esta sociedad chilena banal, una realidad que las encandilaba y las cegaba antes los reales sucesos del país.

Ovacionada en más de 12 países esta ópera prima que ya está en cartelera en salas, debutó como parte de Panorama Dokumente, el apartado documental de la sección Panorama en la Berlinale, y se convirtió en el primer documental de producción absolutamente chilena que participaba en esa sección (anteriormente sólo participó ahí el film uruguayo “El hombre nuevo”, coproducido por Chile), llegando a esa instancia luego de un positivo recorrido internacional en su etapa de desarrollo, siendo reconocido en Corfo 2012 en Chile, premio DIRAC del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile en 2015 y 2016, en el Tribeca Film Institute (Estados Unidos) en 2015 y elegido mejor pitch en DocsDF (México) en 2015.

En su paso por la Berlinale “El pacto de Adriana” obtuvo un importante premio paralelo, que entrega uno de los jurados independientes del certamen: el Friedensfilmpreis (Peace Film Award), Premio de la Paz, que cada año se otorga a un largometraje que promueva la búsqueda de la paz en cualquiera de las secciones del certamen. En versiones anteriores este trofeo ha sido otorgado a títulos como “The Look of Silence”, de Joshua Oppenheimer, “Las tortugas también vuelan”, de Bahman Ghobadi, e “In this World”, de Michael Winterbottom, y por primera vez recayó en un film chileno. Además, tuvo el honor de ser una de las 16 producciones nominadas a un reconocimiento que se entregaba por primera vez en Berlín, el premio al mejor documental del festival, el Glashütte Original Documentary Award, al que sólo postularon algunos títulos elegidos de entre la competencia oficial y las secciones paralelas. Posteriormente, en los meses siguientes el film ha sido aplaudido en más de 15 países, siendo distinguido también en certámenes de ciudades como Guadalajara, Toulouse, Montevideo, Buenos Aires y Cracovia, entre otras.

País: Chile.
Año: 2017.
Director: Lissette Orozco.
Elenco: Adriana Rivas,  Lissette Orozco.
Duración: 96 minutos.
Género: Documental.

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Autor

Ma. Ignacia Barja

Creadora de Cinemaboutique. Periodista y Magíster en Cine documental Universidad Autónoma de Barcelona. Por más de 3 años fue la encargada de programación a bordo y adquisición de contenidos de cine y TV de LATAM Airlines Group. 4 años en medios de TV chilena (MEGA, TVN, Canal13) y agencias de producción audiovisual como productora periodística y ejecutiva.

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