Por Ma Ignacia Barja @mibarja

Una de las primera películas chilenas, distinta, que vi hace varios años atrás fue “En la Cama” de Matías Bize, y me llamó la atención, estaba acostumbrada a ver otro tipo de cine nacional y la mayoría de las películas chilenas eran sobre temáticas políticas y muy similares entre ellas, era siempre un poco de lo mismo!, en cambio este director nos mostraba un cine en una sola locación y con historias tan simples como: ¿Qué pasa si me enamoró en una noche? Por medio de esta película fue mi primer acercamiento a este joven cineasta que mostraba en la pantalla grande relatos simples, pero con un tinte emocional muy íntimo y personal.

Matías Bize, pasaba a ser parte de la nueva generación de directores de cine chileno y con el tiempo no hubo ninguna película de él que no viera, luego fue “Sábado”, después “La Vida de los Peces” y hace muy poco me puse al día con “Lo Bueno de Llorar”… Y en todas ellas, a excepción de “Lo Bueno de Llorar”, logré conectarme a través de la pantalla con esa forma de relato made in Bize y ser un espectador que vibraba de forma muy visceral con las emociones que nos entregaba.

El 27 de agosto se estrenó su última película “La Memoria del Agua” protagonizada por Benjamín Vicuña (Javier) y Elena Anaya (Amanda), muy esperada y publicitada por todos los medios, muchas veces esto nos puede generar falsas expectativas o ansiedades con lo que vamos a ver, siempre esperas que sea más de lo que te han contado… Pero, en mi caso cumplió más de lo que creía, me pareció una película luminosa, a pesar del oscuro y triste escenario que esta vez su director nos quería contar, ya no eran reencuentros, ni nuevos amores, sino perdidas que nunca más volverán, dolores que no pasan, con los que se aprenden a vivir o muchas veces no se logra aprender… Una vez leí una frase, que me quedó grabada “Sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional”  Y en “La Memoria del Agua” sólo habían dos opciones o caminamos juntos con el dolor, nos amamos y acompañamos o nos dejamos ir junto a la partida de eso que queríamos tanto y nos dejó.

No me considero una crítica de cine experta, sólo me pasa que me gusta sentir y ver cine como un espectador común y corriente, me encanta escribir desde lo más visceral y vibrar con esos detalles que sus directores buscan destacar, cuando surgió la posibilidad de ir a ver “La Memoria del Agua” estaba muy ansiosa, me costó ver esta película con total objetividad, a pesar de haber leído bastante sobre su historia y el proceso de años de su director en la realización, sólo intente dejar de lado cualquier pensamiento y me senté en el cine, me deje sorprender y envolver por lo que iba a ver y disfrutar… Y fue tal cual! Era como de estar en una montaña rusa cuando las sensaciones van y vienen desde el estómago.

“La Memoria del Agua” retrata a una pareja pasando por la crisis más fuerte que se puede tener en una relación, una historia de amor, de un gran quiebre: la perdida de un hijo. Javier (Benjamín Vicuña) y Amanda (Elena Anaya) son un matrimonio que lucha por mantener su amor, tras la perdida de su hijo de 4 años, Pedro. Este inmenso dolor los conduce a separarse, a intentar vivir su pena, cada uno en su forma, y que a pesar de lo mucho que se querían no podían estar juntos. Ya nada volverá a ser como antes, y a pesar de que intentan un reencuentro como pareja, donde el amor podía ser más fuerte, no lograrán reconstruir sus vidas el uno con el otro y el único camino es seguir con sus propias vidas y reconstruirse emocionalmente de forma separada, porque lo más importante y que los unía ya no estaba.

No tengo hijos, no podría expresar ni escribir sensaciones de lo fuerte que debe ser vivir la perdida de estos, lo cual debe ser el dolor más grande en el ser humano… La imaginación puede ser tan amplia, pero sentirlo o vivirlo no sabría como explicarlo…. Me pasó, personalmente, que viendo esta película me hizo conectarme con sentimientos personales y del pasado, con tratar de entender la crisis que estaba pasando esta pareja (Vicuña y Anaya) y ver más allá de la situación de este hijo que ya no estaba y de lo que significaba perderlo. Estamos muy claro de lo doloroso que debe ser, pero verlos y sentir como se desvanecían en el dolor, que era más fuerte que el amor y que podía llegar a romperlo, me provocaba desolación, la cual muchas veces nos hace encerrarnos en nosotros mismos, esto y más traspasaba la pantalla…. Porque como dice Sergio Hernández en una escena con Benjamín Vicuña (Javier) en la cocina “… Al final estamos solos”.

Soy la mayor de cuatros hermanos, mis padres hace un par de años que no siguen juntos, cuando tenía alrededor de 3 años mi mamá perdió a uno de mis hermanos, era el primer hombre en nuestro núcleo familiar, pese a que era muy niña siempre estuvo presente esa perdida y ausencia, la imagen de esta personita, era parte del día a día, no siempre, pero estaba… desde el dolor de mi mamá y desde el silencio en mi padre de algo que nunca le escuche hablar… incluso siempre me sorprendió, hasta hoy, nunca verlo llorar… Mientras veía “La Memoria del Agua”, me quedaba con esa sensación de cómo habrán vivido ese período de dolor entre ellos, de cómo a lo mejor nunca hubo una contención entre ambos y de cuanto se necesitaban y como a lo mejor eso fue un gran quiebre en ellos como pareja, con el que conviven hasta hoy. Ahora que soy adulta y mientras veía esta película me hizo tanto sentido, como esta perdida de una parte de ellos esta más viva que nunca en cada uno.

“La Memoria del Agua” sabe traspasar la emoción, sin caer en el melodrama barato, en retratar la perdida, en cómo la contención no esta, sino sólo la necesidad de acompañarse el uno con el otro, pero que lo único importante, a pesar de estar juntos, es que él ya no volverá, donde la distancia no nos aleja, sino que nos acerca con la pena, y sobre todo donde el dolor es el verdadero protagonista y la soledad una compañera… Una película visceral, que no hay que entender, ni intentar de interpretar con tanta exactitud, donde los diálogos no importan cuando tienes una Elena Anaya que te hace sentir dolor desde lo más profundo de su ser y que se roba la película con una actuación sorprendente y real, sin duda alguna ella quedará en la memoria de todo aquel que tenga la oportunidad de verla.

Matías Bize tuvo su estreno nacional en el reciente festival de SANFIC11 y actualmente esta en todas las salas. Además “La Memoria del Agua” tuvo su premier mundial en el Festival de Cine de Venecia… Donde no me cabe duda, será un director que hará memoria en todos aquellos que disfrutamos de sus películas.

País: Chile
Año: 2015
Director: Matias Bize
Elenco: Elena Anaya, Benjamín Vicuña, Néstor Castillana, Sergio Hernández, Pablo Cerda, Antonia Zegers.
Duración: 88 minutos
Género: Drama