Por Ma Ignacia Barja @mibarja
Tuve la fortuna de poder ir sabiendo “algo” del proceso de la película La Mujer de Barro, pero ojo les confieso que no contaba con suficiente spoiler o detalles de rosa sobre como iba ser esta película, incluso el no saber tanto y tener sólo una noción de lo que se trataba la película me generaba más interés de verla.
Ya había visto el documental Electrodoméstico de Sergio Castro San Martin, el mismo director de esta nueva ficción chilena que fue estrenada en salas alternativas el 5 de noviembre. Tengo que destacar, que a mi parecer, Sergio tiene un talento innato en contar historias y realizarlas, sabe lograr emociones en sus espectadores y traspasarlas por la pantalla… Algo que pude sentir en gran parte de su nueva película durante el pre estreno… tensión a flor de piel.
La Mujer de Barro, es un drama protagonizado por Catalina Saavedra (La Nana, Las Niñas Quispe, Gatos Viejos, Desastres Naturales), Paola Lattus (Ilusiones Ópticas, El Club, Tony Manero y Desastres Naturales también) y Daniel Antivilo (Matar a un hombre). Saavedra interpreta a María, una temporera que hace 10 años que no vuelve al rubro en el campo, pero la necesidad y una hija la hacen volver a las tierras de las cosechas del Limarí, hacia el norte de Chile, región de Coquimbo. Pero las huellas del pasado se harán presentes y serán revividas, aún cuando a lo mejor no quiere escapar de ellas.
Mientras la veía tuve una constante sensación de que era un relato de aquí y ahora, no sabemos mucho del pasado, por no decir nada… Sólo vamos intuyendo cosas o situaciones, es como intentar describir quien es el asesino de un juego de mesa, es una sensación intensa y angustiosa, porque mientras uno cree algo, el que esta sentado al lado tuyo puede tener sensaciones distintas, a mi lado tenía una amiga y creo que si en algo concordamos mientras veíamos la película era el estar tensas y nos mirábamos tratando de decirnos que iba a pasar o que era lo que creíamos iba hacer el personaje.
Es una película que no cuenta mucho que fue lo que paso antes, y no tiene muchos diálogos que hagan hincapié en eso, por lo cual al vivir el desenlace la hacen ser más cruda, dura y coherente con el propio guión mental que uno se va construyendo mientras la ve. Da la impresión que su director quisiera poner al espectador como un creador de esta historia mientras va sucediendo y de que podemos ser capaz de conocer más y mejor a la protagonista con la cantidad de cosas que pasan por nuestra cabeza, de ir descifrando que le paso en el pasado o de cómo va a reaccionar ante ciertas situaciones, si fue así querido director, sólo puedo agregarle: ¡¡Misión Cumplida!! Personalmente, me sentí parte de lo que acabo de mencionar mientras estaba en mi butaca.
Por otro lado, Catalina Saavedra (María) sobresale en su interpretación, esta actriz se ha destacado anteriormente en papeles, donde al parecer retratar personajes crudos, esforzados y trabajadores se le hace innato, la vimos como una nana amargada, sola y triste en la película La Nana y en esta ocasión la crudeza de su rostro, dolor, y cada gesto en su cara haciendo de una temporera es sorprendente, una excelente realización y también dirección del personaje para lograr que esta connotada actriz se relacione de forma tan real con su papel, que lo hace ser cercano y veraz hacia el público. Al mismo tiempo, la dupla que conforman con Paola Lattus durante el rodaje aporta a la historia realismo y complicidad, donde ciertas escenas dejan entre ver la problemática social y laboral que sufren las temporeras, el machismo y abuso de poder. Por otro lado, los silencios te conducen por un viaje entre la ficción de sus personajes y la realidad que uno como espectador va armando en su cabeza.
La estética del norte, esos colores cafés y barrosos, son muy bien tratados en la dirección fotográfica de la película, son parte de este relato gris, oscuro, angustioso que son el tono y esencia de esta producción, su nombre no podría estar mejor escogido…Un film seco, barroso, café por decirlo metafóricamente y una mujer dura como el barro. No quiero adelantar sobre el misterio de su desenlace final que son el quiebre para el espectador, porque estaría dando mucho spoiler, pero son la respuesta a las preguntas que uno tiene desde el comienzo: ¿Qué fue lo que realmente le paso y que es lo que ella busca del pasado?
No se asusten si al comenzar la sienten lenta, porque a medida que avanza su montaje se hace ágil y misterioso, para mi más bien un thriller dramático y un espejo social de una verdad que no queremos ver que les debe suceder a muchas de estas mujeres que se ven en la obligación de dejar sus hogares para ir a trabajar la tierra.
Producida por Storyboard Media en co-producción con HD Argentina, Prize Producciones y Lapsus, fue filmada entre febrero y marzo de 2014, en la zona del Valle del Limarí, específicamente en las comunas de Monte Patria, Río Hurtado y Ovalle, en la región de Coquimbo; y en su rodaje participaron trabajadoras temporeras del lugar. Además, su soundtrack cuenta con la música incidental del destacado compositor chileno Sebastián Vergara (Iglú, Remitente, una carta visual, Las cosas como son), y la participación de los populares Charros de Lumaco.
La Mujer de Barro, tuvo su estreno mundial en Berlinale durante este año y participó del 26º Cine en Construcción del Festival de San Sebastián. También, ha sido exhibida en los festivales FICCI, Toulouse, Jerusalén, Montreal y Zimbabue; en este último certamen obtuvo los premios Mejor Actriz para Catalina Saavedra, y Mejor Fotografía para Sergio Armstrong. Recientemente tuvo su debut en Chile, en la Selección Oficial del Festival de Valdivia, como parte de la Competencia de Largometraje Chileno.
País: Chile
Año: 2015
Director: Sergio Castro San Martín
Elenco: Catalina Saavedra, Paola Lattus, Daniel Antivilo, Maite Neira, Tiare Pino y Elsa Poblete
Duración: 90 minutos
Género: Drama
