Por Ma Ignacia Barja @mibarja

El pasado 1 de septiembre se estrenó en salas la película chilena Aquí no ha pasado nada, de Alejandro Fernández Almedras (Huacho, Matar a un hombre) y hace unos días tuve la oportunidad de ir a verla al SANFIC12, donde estaba presente su director. Como he comentado en otras oportunidades es un placer ir a ver películas con personas que no están muy relacionadas al cine, esta vez fue el turno de mi hermana, quien no está muy lejana del rubro, publicista, y con un ojo bastante crítico, pero cuando termino ambas quedamos con esa sensación de “que mierda, en verdad así es la realidad… Muy buena y bien hecha”. Me sorprendí y superó mis expectativas, esperaba que su publicidad y marketing no se comiera lo que podía ser una buena historia, algo habitual hoy en día, y que el tráiler pudiese superar la película, pero tranquilos que este no es el caso, al contrario. La brecha, que pudiese no ser lo que se promocionaba, era delgada y las expectativas altas, sobre todo cuando es una película basadas en hechos reales, eso hace que los espectadores seamos más lapidarios en exigir más al director y su guión, y en ponerlo a prueba en cómo nos sorprenderá, pero nuevamente Alejandro Fernández Almendras nos deja atónitos y sorprendidos y se enmarca para mí, dentro de los mejores directores en retratar casos policiales y controvertidos socialmente, lo dejo claro con su anterior película, Matar a un hombre.

Pero vamos al grueso -es que me apasiono cuando empiezo a escribir y no puedo parar- pero ahora voy al detalle, a eso que el espectador quiere leer siempre en el primer párrafo ¿De que se trata la película?, Aquí no ha pasado nada, está basada en un hecho real, ¿Se acuerdan de Martín Larraín? el hijo del senador del partido político de Renovación Nacional, Carlos Larraín, que en la madrugada del 18 de septiembre del 2013 en Curanipe y bajo los efectos del alcohol, atropelló a Hernán Canales con resultado de muerte. Este caso político y social sucumbió a todos los chilenos, sobre todo cuando el resultado fue su inocencia. Bajo este dictamen judicial es que Fernández decide llevar adelante su película, junto a Jeronimo Rodríguez, con quien ya había trabajado en su ópera prima, Huacho, escriben la historia de Vicente Maldonado (Agustín Silva) y en muy poco tiempo y luego de una campaña de crowfunding por internet, sacan adelante Aquí no ha pasado nada.

Vicente (Agustín Silva) pasa unos días en la playa en la casa de sus padres, luego de regresar de Estados Unidos. Ahí conoce a un grupo de jóvenes, entre ellos a Manuel Larrea. Durante una noche de fiesta, mucho alcohol y drogas, en el trayecto atropellan un hombre en la carretera. Nadie le toma el peso a la situación, solo cuando bajan del auto y ven que hay un hombre muerto. Ante la situación, arrancan y dejan a Vicente en su casa, quien ha bebido tanto que ni siquiera se da cuenta de la gravedad de la situación, pero durante la noche la verdad de los hechos ira cambiando su rumbo, y para Vicente será el comienzo de haber estado en el lugar equivocada y con las personas incorrectas y su destino se verá forzado por el poder de otros y el de una sociedad manejada por el dinero, y como bien dice la película donde la verdad sólo es aquella comprobable, pero ¿Cuál es la verdad?.

Agustín Silva nos sorprende con una actuación conectada con la realidad donde hace una interpretación magistral de su personaje. Es un retrato ilustrado de aquellos jóvenes de clase alta, en que no hay consciencia de los costos de la vida y hasta donde llegan los límites, pero cuando entras en el lado oscuro de ellos, todo se puede tornar más amenazador y negro de lo que creemos. Su personaje es como un comics sociológico, es como una animación que llega a dudar de si mismo, en que se ve enfrentado a no poder sacar la voz y asumir una realidad que no es la verdad, porque que se mueve en un círculo donde todos funcionan como “Aquí no ha pasado nada”, de cinismos, falsos amigos, deslealtades, ni buenos ni malos, pero si mucho gris… en buen chileno “Ni chicha ni limonada” sólo caretas y apariencias que pueden tapar los crímenes más duros e injustos. Si bien hay momentos en que su director logra jugar con el humor negro y nos hace reír con ironías del “papito zorrón” porque para mi Vicente Maldonado es un zorrón… hay que decirlo, el ejemplo más tragicómico es cuando lo vemos haciendo y luego tomándose una piscola en un bidón, de inmediato viene a mi cabeza, “pero, que pedazo de pelotudo (el personaje, obvio!)”, pero así mismo hasta eso esta bien relatado.

La constante banda sonora de Anita Tijoux, “sacar la voz”, es como esa voz en off que necesitas se vaya metiendo en la cabeza del personaje para hacerle ver que todo lo que esta pasando con él es causa y efecto de otros, que son más poderosos que él. No podría haber estado mejor escogida la música y su repetición durante varias escenas es un complemento y acierto en la historia. A su vez, la impecable fotografía de Inti Briones le da ese tono oscuro, melancólico que aporta en la ironía de esta cinta.

La mayoría de las veces la ficción nos abstrae del mundo real, pero en este caso con Aquí no ha pasado nada, el efecto es contrario y nos conecta aún más con la realidad y con una parte de Chile que es tal cual esta en la cinta.

La película, sin duda ha tenido una muy buena recepción del público, pero también de grandes festivales internacionales. Comenzó su recorrido en Sundance, donde tuvo su estreno mundial, también estuvo en Berlinale y tuvimos la oportunidad de verla en Sanfic, donde ganó el premio a la mejor dirección de la competencia internacional. Desde el 1 de septiembre esta en salas comerciales y después de esta inspiración sólo puedo recomendarles no dejar de verla, y confirmar que es una de las grandes producciones chilenas de este año.

País: Chile
Año: 2016
Director: Alejandro Fernández Almendras
Elenco: Agustín Silva, Li Fridman, Paulina García, Luis Gnecco, Alejandro Goic, Daniel Muñoz, Augusto Schuster
Duración: 105 minutos
Género: Drama, Crimen